EMELEC CAMPEÓN 2001: Vuelta olímpica en casa

Como en 1972, cuando consiguió el cuarto título de su historia, en este del 2001, que se convirtió en la novena corona, tuvieron que pasar siete años para saborear las mieles del éxito que no la sentían desde 1994.

Pero más años pasaron desde aquella tarde que Emelec dio por única y última vez, la vuelta olímpica en el estadio George Capwell. Antes de este título, los eléctricos se dieron el gusto de festejar con su hinchada en 1957, año en el que logró consagrarse como el primer campeón del fútbol ecuatoriano. Fueron 44 años de espera, de ahí qué el merecido festejo en la cancha de todo un pueblo azul que gritó a más no poder !Campeón!

Pero este título, como todos, tiene su historia, la de un reconocimiento al cuadro que supo hacer mejor las cosas en los momentos decisivos, en las instancias finales, la Liguilla, que paradójicamente la inició perdiendo con una goleada contundente que le propinó El Nacional por 6-0 y un empate en casa 0-0 ante Espoli. Pero ganó los clásicos, en el Monumental y en el Capwell, lo que valió para reverdecer esperanzas. A partir de ahí, Emelec supo sumar puntos importantes y ganó en la capital al Deportivo Quito por 3-0 e hizo respetar su estadio en los restantes cotejo, incluso en el decisivo, en la fecha final del torneo, ante El Nacional, a quien sólo le bastaba un empate para ser campeón, pero Emelec le ganó 1-0 con gol de Juárez.

Lo sorprendente del caso, fue la positiva reacción del equipo, que pocos días antes venía de perder por penales la final de la Copa Merconorte ante el Miloonarios de Colombia . Por eso hay que destacar los nombres de estos hombres que aquel año le dieron muchas satisfacciones a sus seguidores.

El primero, su técnico, Carlos Sevilla Dalgo, quien logró vencer sus temores que le tenía a las finales para conducir con seguridad y conocimientos a sus jugadores. Fue también el año de los Viteri, jovencito que le dio seguridad a la portería; de Carlos Quiñónez, Luis Zambrano, Augusto Poroso y John Cagua, baluartes en la defensa; de Wellingthon Sánchez y Moisés Candelario, volantes que no estuvieron en el partido final por lesión, pero que durante el año aportaron jerarquía, goles y mucho fútbol. De sus compañeros, Carlos Hidalgo, Richard Borja, Walter Ayoví, jovencitos con garra y fútbol; de Moisés Cuero, y los argentinos Cristian Gómez y especialmente Carlos Juárez, goleador y líder de este equipo campeón. A ellos se anota también, la experiencia de Wilson Carabalí, el despunte de Juan Triviño, las ganas de Otelino Tenorio y Rorys Aragón, la constancia de Aguirre y la potencia de Pavel Caicedo.

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