LOS QUE TE AMAMOS JAMAS TE VAMOS A ABANDONAR.

Ayer leía los comentarios en redes sociales y sentí mucho dolor, de cómo algunos hinchas menosprecian el esfuerzo de un equipo que se vio superado por otro rival que ha jugado mejor.
Es tan difícil aceptarlo, pero de igual forma en ese instante surge la ira despiadada, todo no vale, todo no sirve, todo se ha hecho mal.
No me siento partidario al 100% de las decisiones que han tomado los directivos, pero tampoco me siento con el derecho de criticarlos y mucho menos acabarlos con un comentario de desprestigio como si fuera del rival. Eso jamás.
Criticar a tu camiseta, con dolor es correcto, pero humillarlo y ser parte de la burla de al frente es de una persona que está llena de frustraciones.
En todo caso dentro del dolor que cualquier hincha siente, siento que es muy importante ayudar a levantar.
El equipo está golpeado y nosotros no lo podemos golpear en el piso, debemos darle la mano y levantarlo, curarle las heridas.
Este domingo, los que te quieren te afilarán las espadas, te limpiarán la armadura, saldrás brillante con los colores celestiales y el gris de tu blindaje.
Cada pelota que disputen debes saber que está su familia, sus hinchas que cada día hacen un gran esfuerzo por alentarlos. Este domingo la banda debe tocar la música futbolera, pese a que habrán miles de personas que querrán callarlos.
En las cabezas de cada uno de los jugadores, debe sonar el tambor, las gargantas afónicas de domingo a domingo de sus hinchas. En sus pies deben estar los miles de kilómetros recorridos por sus fieles a cambio de nada.
Debemos salir a bailar como lo que somos, los mejores, debemos demostrar que por algo un abuelo nos llamó el Ballet Azul.
Emelec debe ganar por su camiseta, por su historia y porque no pueden permitir una derrota sin tu gente.
Tu gente estará en cada rincón, en cada esquina, en cada grada, en cada pelota.
No puedes desmayar, no puedes decir que esto acabó. Queremos ganarle al honor, a la mentira al engaño.
Somos menos, pero ya hemos demostrado que tenemos un corazón guerrero.
Tus hinchas que vienen, los que están y los que se fueron al cielo te lo piden. Moja la camiseta, con sentimiento, cuando andas mal ya lo sabes tu gente te hace ganar.

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